Es estadounidense, vive en Madrid y alucina con la manera de combatir el calor en España: ”¿No existen en Estados Unidos?”

Visto en TikTok 

En su vídeo, Morgan se muestra visiblemente afectada por el calor madrileño hasta que, con gesto solemne, recurre a su salvación

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@morganinspain / TikTok

Morgan, una mujer estadounidense que reside en Madrid y se hace llamar @morganinspain en TikTok, ha expuesto en las redes con un gesto tan sencillo como revelador: sacar un abanico del cajón y empezar a usarse como si de un ritual veraniego se tratara. Al ritmo de la mítica banda sonora de El Rey León y con la frase “es el momento”, la escena captura la esencia de lo que para muchos en España es un acto cotidiano... pero que para ella es pura fascinación.

”¿No existen en Estados Unidos?”, comenta un usuario asombrado en la publicación que ya acumula miles de visualizaciones. Y es que, para los que llegan de fuera, el abanico no deja de ser un descubrimiento cultural inesperado. Lo que aquí se considera un clásico, allá puede parecer casi exótico.

Un objeto antiguo, pero más vigente que nunca

En su vídeo, Morgan se muestra visiblemente afectada por el calor madrileño hasta que, con gesto solemne, recurre a su salvación: un abanico guardado bajo una mesilla. Basta ese simple movimiento para que la joven se refresque... y se transforme. Su expresión lo dice todo: ha descubierto el arma secreta de los veranos españoles.

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Pero más allá de la anécdota viral, el abanico en España tiene una larga historia. Documentado ya en el siglo XIV en la Corona de Aragón, adquirió estatus de distinción en el XVI, y desde entonces ha acompañado a generaciones de españoles. Actualmente, regiones como Aldaia (Valencia) siguen siendo el corazón artesanal de esta tradición, con fábricas como Abanicos Burriel que aún mantienen técnicas centenarias.

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Mucho más que un complemento estético. Aunque el abanico no necesita enchufe ni batería, su poder va más allá de lo funcional. Además de refrescar, también comunica. Se ha hablado incluso de un “lenguaje del abanico”, con gestos que, según cuenta la tradición, servían para flirtear o enviar mensajes en clave. ¿Mito o realidad? Sea como sea, su simbolismo sigue vivo en ferias, fiestas populares y el día a día estival.

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Una mujer se tapa con un abanico del sol en la Feria de Málaga

Álex Zea / EP

La propia Morgan lo resume en un gesto que muchos españoles reconocerán al instante: ese movimiento rápido, elegante y casi inconsciente con el que uno se abanica cuando el termómetro supera los 35 grados. Como ella misma sugiere en su descripción: “It is time”.

El objeto que enamora a los extranjeros. Morgan no es la única extranjera que ha quedado rendida al abanico. Desde turistas hasta residentes internacionales, muchos se sorprenden de que algo tan simple pueda ser tan eficaz. “Deberían exportarlos en masa a Estados Unidos”, escribe otro usuario en los comentarios del vídeo. Y no es para menos: frente a los ventiladores o aires acondicionados, el abanico gana en portabilidad, elegancia y sostenibilidad.

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