En La conquista española olvidada (Crítica), el periodista y escritor Manuel Trillo rescata un episodio poco conocido: la expedición española que en 1781 tomó el fuerte inglés de San José, en el actual estado de Míchigan, durante la guerra de Independencia de Estados Unidos.
Lejos de los focos historiográficos, esta campaña militar, que avanzó setecientos kilómetros hasta el norte del Misisipi en los confines de la Luisiana española, un inmenso territorio que se extendía desde el golfo de México hasta Canadá, revela el papel decisivo que tuvo España en el desenlace del conflicto y en la configuración del mapa norteamericano.
Tras rastrear en archivos a ambos lados del Atlántico, Trillo reconstruye esta hazaña liderada por el gobernador Bernardo de Gálvez. El libro se apoya en fuentes inéditas, como el acta original de la rendición del fuerte, y plantea una revisión necesaria del legado hispano en la historia de EE. UU. En esta entrevista, el autor profundiza en las claves históricas de su investigación, reflexiona sobre el olvido institucional de estos hechos y reivindica una memoria más completa e inclusiva del pasado común entre España y América.
El libro recupera un hecho poco conocido de la historia de España: la toma del fuerte de San José en 1781. Retomando la pregunta con la que usted cierra la introducción, ¿por qué un puñado de hombres recorre cientos de kilómetros hacia el norte para tomar un inhóspito fuerte inglés?
La respuesta hay que buscarla en varios hechos previos. Por una parte, el fallido ataque organizado por Gran Bretaña desde Canadá contra San Luis en mayo de 1780. Mil hombres asaltaron la capital de la Alta Luisiana española, y, aunque causaron numerosas bajas, no lograron su objetivo. Informes posteriores advertían al nuevo teniente de gobernador, el navarro Francisco Cruzat, que los británicos planeaban una ofensiva mayor para tomar San Luis en primavera y barrer a los españoles del Misisipi.

Diorama de la batalla de San Luis, que se encuentra en el Gateway Arch Museum de San Luis.
Además, en diciembre, llegó a San Luis un líder indígena, el Heturno, quien alertó de una masacre tras una incursión en el fuerte de San José y pidió actuar. Este llamamiento decidió definitivamente a Cruzat a organizar la expedición española.
En su obra se destaca la importancia de la Luisiana española a lo largo de aquellos años. ¿Qué relevancia tuvo el episodio que usted recoge en su investigación en el contexto de la guerra de Independencia de los Estados Unidos?
La toma del fuerte fue una demostración de fuerza ante los pueblos nativos, que vieron que España no temía a Gran Bretaña y podía atacarla en su propio territorio. Eso reforzó las alianzas de los españoles con las tribus, clave en la región. El fortalecimiento de esos lazos y la destrucción del fuerte permitieron frenar la ofensiva que preparaba Gran Bretaña.
En el resto de la guerra no hubo ataques desde Canadá contra los españoles y los americanos en el Misisipi. Así, España conservó el control del río y el envío por su cauce de pertrechos para los sublevados. Junto con las victorias de Bernardo de Gálvez en el bajo Misisipi, la Mobila y Pensacola, la resistencia española impidió a los británicos cerrar el frente en el oeste y concentrarse en la costa este.
¿Qué papel jugaba España en Norteamérica en aquel momento? ¿Cómo se posicionaba frente a las potencias emergentes y cuáles eran los intereses que defendía en la región?
España debía defender la Luisiana, un territorio que cuadruplicaba el tamaño de la península ibérica en el extremo norte de su inmenso imperio americano, con miles de kilómetros de frontera con los británicos y muy pocos hombres para defenderlo. De haber caído, además, podría haber dejado el paso expedito para un posible asalto británico a Nueva España (México).

Las tropas españolas en Pensacola
En cuanto a la sublevación en las colonias británicas, a España le interesaba debilitar a su gran potencia rival, Gran Bretaña, aunque evitó aliarse con los rebeldes por no reconocer a insurgentes que se levantaban contra su rey y por temor a que el ejemplo se contagiara a sus propias posesiones americanas.
Se habla mucho del apoyo francés a los insurgentes estadounidenses, pero poco del español. ¿Qué tipo de ayuda ofreció España?
Francia firmó una alianza con los rebeldes americanos en 1778. España, como decía, no quería reconocer abiertamente a unos sublevados en armas contra otro monarca, pero de forma encubierta les prestó ayuda en forma de armas, munición, mantas, etc., así como apoyo financiero.
Las fricciones fronterizas entre España y Estados Unidos tras la guerra propiciaron unas malas relaciones que, seguramente, contribuyeron al olvido de esta conquista
Luego, tras declarar la guerra a Gran Bretaña en 1779, España luchó sobre todo por defender sus intereses no solo en Norteamérica, sino también en el Caribe, Centroamérica y Europa, lo que sirvió para que los británicos distrajeran parte de las fuerzas que podrían haber empleado contra los rebeldes en sus colonias, contribuyendo así al éxito de estos en la revolución.
¿Por qué cree que este episodio, pese a su importancia estratégica y simbólica, ha sido ignorado tanto por la historiografía estadounidense como por la española?
El hecho de que, tras plantar la bandera en el fuerte, la expedición emprendiera el regreso al día siguiente, sin dejar allí una guarnición, ha restado visibilidad a este episodio. Además, España finalmente no mostró gran interés en retener esa región tan remota y que se alejaba de su foco de atención, que no estaba en los Grandes Lagos, sino en el golfo de México. Por otra parte, las fricciones fronterizas entre España y Estados Unidos tras la guerra propiciaron unas malas relaciones que, seguramente, contribuyeron al olvido de esta conquista.
No deja de ser llamativo que la expedición española atravesara territorios, hoy estadounidenses, con una mezcla de tropas europeas, indígenas y afrodescendientes. ¿Qué lectura se puede hacer en cuanto a la diversidad de los ejércitos coloniales de la época?
En efecto, en los contingentes españoles en la Luisiana participan combatientes de raza negra, tanto esclavos como libres, e indígenas. Es fruto del verdadero melting pot que era entonces aquella provincia española, donde los habitantes de origen europeo eran más bien escasos. En el caso de la expedición al fuerte de San José de 1781, prácticamente la mitad de los poco más de ciento veinte hombres que la integraban eran nativos, lo que revela la estrecha relación con estos pueblos aliados, tan interesados en frenar a los británicos como los españoles.

Monumento en el antiguo emplazamiento del fuerte de San José
¿Qué papel jugaron las comunidades indígenas aliadas a España durante estas campañas? ¿Existía un entendimiento estratégico o fue una alianza más circunstancial?
Las alianzas con los indígenas eran vitales para los españoles en la Luisiana. Por una parte, para defenderse tanto de los británicos como de otros pueblos que pudieran ser hostiles, pero también para su viabilidad económica, ya que el comercio con ellos era una parte fundamental de su actividad. Los españoles se tenían que ganar la confianza de estos pueblos día a día, para lo cual era indispensable la política de “regalos” que se les brindaba, así como símbolos como banderas o medallas que les dieran reconocimiento.
¿Qué consecuencias tuvo esta campaña militar en los tratados posteriores, como el Tratado de París de 1783? Y, por otra parte, en las negociaciones que se llevaron a cabo, ¿logró España sus objetivos territoriales?
La conquista del fuerte de San José tuvo un impacto significativo en las negociaciones de París, más allá de una mera operación de saqueo, como pretendieron menospreciarla los británicos. Cuando Benjamin Franklin, embajador de las colonias en la capital francesa en 1782, conoció la noticia de la toma del fuerte, advirtió que los españoles pretendían limitar el futuro país en la costa atlántica. Es más, España y Estados Unidos no resolvieron sus disputas fronterizas hasta 1795, con el Tratado de San Lorenzo. La corte española, para entonces con una posición más débil, tuvo que aceptar que la frontera se fijara en el Misisipi. Lo que sí consiguió durante la guerra fue recuperar Menorca y expulsar a los británicos de Centroamérica y el Yucatán.

Firma del tratado. La delegación británica rehusó posar y por ello la pintura quedó incompleta
¿Cómo se vivía desde dentro del Imperio español este conflicto en América del Norte? ¿Existía conciencia de su relevancia o se trataba como un conflicto más periférico?
Para España la sublevación era una noticia positiva en tanto en cuanto servía para debilitar a su adversaria. La rivalidad con los británicos y la guerra que declaró contra su rey sí era un asunto capital, porque estaba en juego la hegemonía global y la conservación del vasto imperio que con tanto esfuerzo había construido.
¿Cree usted que este tipo de episodios históricos podrían haber alterado el curso de la historia de Estados Unidos si se les hubiera dado mayor relevancia en su momento?
Podía haber cambiado el curso de la historia si España hubiera conservado su fuerza en los años siguientes y si hubiese mostrado más interés por defender aquellos lejanos parajes, que los expedicionarios habían incorporado a los territorios españoles tras recorrer más de ochocientos kilómetros por regiones hostiles en mitad del invierno.
Ha tenido ocasión de acceder a documentos inéditos, como el acta original de la toma del fuerte de San José. ¿Cómo fue el proceso de localización y verificación de este tipo de archivos?
La expedición al fuerte de San José se menciona en libros de historia y antiguas revistas especializadas de Estados Unidos. Tras consultar muchas de estas fuentes secundarias, supe que el original se guardaba en la biblioteca Bancroft de la Universidad de California, en Berkeley, en la bahía de San Francisco. Allí pude consultarlo de primera mano y obtener el permiso para reproducirlo.

Bernardo de Gálvez
En un momento en que la memoria histórica está tan presente en el debate público, ¿qué puede aportar una historia como esta a la comprensión del mundo hispano y de la identidad americana?
Me parece que este libro enriquece la comprensión de la historia de España en Norteamérica y su contribución a la independencia de las colonias británicas. Permite alejarse de los clichés que pintan a los españoles con trazo grueso, como unos conquistadores sanguinarios que masacraban a los indígenas en el Nuevo Mundo. En La conquista española olvidada se habla, entre otras cosas, de cómo, tras asumir el gobierno de la Luisiana, se prohibió esclavizar a los nativos y de cómo en 1784, tras el reconocimiento de Estados Unidos en París, varios jefes de tribus que habitaban en el lado americano llegaron a San Luis suplicando la ayuda española frente a los ataques que sufrían y la amenaza de ser expulsados de sus tierras.
¿Cómo llega usted a este suceso concreto?
Hace tiempo que me dedico a rastrear la historia de los españoles en Estados Unidos y he publicado numerosos artículos sobre ello en ABC. Pero, en concreto, mi curiosidad sobre este episodio se avivó tras leer el libro The Battle of St. Louis, the Attack on Cahokia and the American Revolution in the West, de Stephen L. Kling, Kristine L. Sjostrom y Marysia T. López (THGC, 2017). Al principio pensé escribir algo breve sobre esta aventura, pero, al ir tirando del hilo, no dudé en seguir profundizando hasta elaborar lo que al final ha sido La conquista española olvidada. Como periodista y amante de la historia, es un orgullo poder sacar a la luz esta proeza desconocida.