El presidente de Austria, en el refugio de Francisco José y Sissi

RESIDENCIAS DE VERANO / 5

Un antiguo palacete de caza de la icónica pareja imperial de Austria-Hungría en Mürzsteg se utiliza desde 1947 como residencia de verano del jefe del Estado de la república alpina 

Castillo de caza de Mürzsteg, en el land de Estiria (Austria), residencia de verano del presidente federal desde 1947. El edificio fue construido en 1869 por el emperador Francisco José I y ampliado más tarde

El edificio vacacional entre bosques en Mürzsteg, pueblo del land de Estiria, en el sudeste de Austria 

Havel / BHÖ

Para el actual presidente federal de Austria, Alexander Van der Bellen, pasear por el entorno boscoso de la residencia veraniega asignada a su puesto institucional, en Mürzsteg, encaja providencialmente en su afición a las caminatas y en su origen político ecologista. Este pueblecito se ubica en Estiria, land sudoriental etiquetado como el corazón verde de Austria, ya que el 63% de su territorio está cubierto de bosques.

Como ahí abundaba la caza, el emperador Francisco José decidió en 1869 construirse un pabellón en estilo montañés suizo, que luego evolucionó a palacete. Casi ochenta años después, en 1947, la república decidió utilizar el edificio como residencia de verano del jefe del Estado. Por razones de seguridad no se permite visitar su interior, pero, según cuentan cronistas locales, el mobiliario es antiguo, y las paredes están cubiertas de cabezas de animales cazados en la época imperial.

Ya antes de que se construyera el pabellón inicial, un joven Francisco José y su flamante esposa, la emperatriz Isabel, más conocida como Sissi, pasaron en Mürzsteg su luna de miel, alojados en una casona. Los reiterados viajes cinegéticos de Francisco José a la zona le impulsaron a edificar el primer pabellón, que fue ampliado dos veces hasta adquirir en 1903 su aspecto actual, incluidas las inusuales torres de tejados puntiagudos.

La melancólica y exigente Sissi también acudía a Mürzsteg, pero no para cazar sino para montar a caballo. Al final, este edificio se convirtió en un refugio para Francisco José e Isabel, casi tanto como su coqueta villa en Bad Ischl, la localidad donde en 1853 se conocieron y se prometieron.

En 1918, tras la Primera Guerra Mundial y el fin del imperio austro-húngaro, la mayoría de inmuebles de los Habsburgo pasaron a propiedad de la joven república austriaca. En el palacete de Mürzsteg se fundó un pequeño museo, mientras el resto del edificio se alquilaba a veraneantes.

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Que poco después de la Segunda Guerra Mundial se eligiera este lugar como residencia de verano del presidente federal tiene razones históricas y de estrategia de guerra fría. El propio Alexander Van der Bellen -que se encuentra en su segundo mandato quinquenal- recordaba hace cuatro años durante una visita el porqué de la decisión. “Mürzsteg se encontraba fuera de la entonces zona de ocupación rusa. El presidente federal debía ser plenamente capaz de desempeñar las funciones de su cargo en caso de que eso no fuera posible en Viena”, escribió.

En efecto, Austria –que había aceptado ser anexionada al Tercer Reich por Hitler en 1938– recibió el mismo trato que Alemania tras la derrota. Las potencias vencedoras dividieron el país y Viena en cuatro zonas de ocupación, que duró hasta 1955. Y había que tener cuidado con la Unión Soviética.

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