En una jornada marcada por el pulso entre socios de coalición y la gravedad de los casos de corrupción que afectan al PSOE, Yolanda Díaz ha asumido este martes una doble carga emocional y política: la vicepresidenta segunda y líder de Sumar ha comparecido en el Congreso para responder al esperado discurso de Pedro Sánchez sobre las nuevas medidas anticorrupción. Pero lo ha tenido que hacer horas después de la muerte de su padre, el histórico sindicalista gallego Suso Díaz.
La también ministra de Trabajo ha decidido sentarse en un escaño raso, lejos de la bancada azul reservada para los miembros del Ejecutivo. No ha sido un gesto casual, sino una declaración de intenciones porque hoy ha querido subrayar que hablaba como la presidenta de un grupo parlamentario que marca distancias con el Ejecutivo, pero que no lo abandona.

Yolanda Díaz ha realizado la primera réplica de Sumar a Sánchez en el Congreso (Dani Duch)
Díaz ha arrancado su intervención con firmeza, advirtiendo que “la corrupción no es una plaga, no es un fenómeno atmosférico, está aquí porque durante décadas nadie quiso erradicarla”. Ha responsabilizado directamente al bipartidismo, al que ha acusado de fomentar una “cultura del pelotazo, los favores y el compadreo”, señalando tanto al PSOE como al PP por haber sostenido durante años un sistema opaco. Y frente a ese diagnóstico, la líder de Sumar ha celebrado que la mayoría de las propuestas enumeradas por Sánchez procedieran de su grupo. “De las 15 medidas que hoy ha anunciado el presidente, 10 vienen del trabajo de Sumar”, ha ensalzado sacando pecho desde la tribuna.
Aunque Díaz y todos los ministros de su formación han aplaudido el discurso del presidente -y Sánchez ha hecho lo propio con la intervención de la gallega-, el tono de su réplica ha sido duro, exigente y alejado de toda complacencia. La dirigente ha celebrado que el PSOE haya consensuado con Sumar algunos de los anuncios. Pero ha advertido que “hoy son anuncios, no hechos”. “La ciudadanía nos está esperando. Gobernar no es resistir, es transformar. Esta coalición no se cuida con gestos, se cuida con el BOE”, ha remachado.
Tras semanas de silencio incómodo por parte del PSOE, que ha irritado durante días al espacio confederal. Y tras haberse ausentado del último pleno de control en señal de protesta, Díaz ha pisado con fuerza este miércoles en el hemiciclo con una intervención que busca reforzar el papel de Sumar como vigilante ético dentro del Gobierno. Y así se lo ha advertido al PSOE. “No vamos a permitir que se apague la luz del Gobierno de coalición progresista”, ha prometido, “pero el giro social debe ser inmediato; La ciudadanía progresista está angustiada”.

Díaz se ha roto en algunos momentos del pleno tras recibir el cariño de buena parte del hemiciclo tras la muerte de su progenitor
En su réplica, la vicepresidenta no ha olvidado a la oposición. Dirigiéndose a Alberto Núñez Feijóo, ha sido tajante: “Si hay alguien incapacitado para hablar de regeneración democrática en España es usted y el Partido Popular”. Tras repasar el historial judicial de los gobiernos de Aznar y Rajoy, ha acusado a los populares de no haber hecho “una sola propuesta” y de haber destituido al único dirigente que intentó limpiar el partido: Pablo Casado. “La corrupción no les importa nada”, ha sentenciado.
Entre las medidas que Díaz ha reclamado aplicar de forma inmediata destacan la prohibición de indultos por corrupción, la inhabilitación durante 30 años a cargos públicos corruptos, y la expropiación de bienes a empresas corruptoras: “Como hacemos con el narcotráfico. Porque no hay corrupción sin corruptores”.
En lo personal, Díaz ha querido lanzar un mensaje de confianza al presidente: “Sé que es usted honrado”, le ha dicho, antes de matizar: “Pero necesita tomar decisiones. No podemos seguir mirando a otro lado. Tenemos la obligación de corregir este inmenso déficit democrático”.
Nada más finalizar su intervención, la líder de Sumar ha pedido disculpas por ausentarse del resto del pleno. El deber familiar la llamaba de vuelta a Galicia, donde anoche falleció su padre.