Cuando cantar es encantar desde el Life Victoria (★★★★✩)

Crítica de lied

Sesión memorable de cierre de temporada a cargo de la mezzo Helen Charlston y el pianista Sholto Kynoch

la mezzo Helen Charlston y el pianista Sholto Kynoch, en San Pau Recinte Modernista

La mezzo Helen Charlston y el pianista Sholto Kynoch, en la sala Domènech i Montaner del San Pau Recinte Modernista

A. Bofill

Life Victoria ★★★★✩

Intérpretes: Helen Charlston, mezzo, Sholto Kynoch, piano. Lugar y fecha: Sant Pau Recinte Modernista (10/VI/2025)

Esta sala Domènech i Montaner del hospital de Sant Pau parece la primera parada en el camino del paraíso. Sentados los asistentes en torno a los artistas, con inusual proximidad, tienen a la vista –ventanas de por medio– el resto del magnífico conjunto modernista, y a sus espaldas, en el mismo eje, las torres de la Sagrada Família…. Esto es siempre así, felizmente inamovible, y lo que cambia en cada sesión musical son intérpretes y programa. Ahora tenía lugar la clausura de la temporada Life Victoria’25, con una sesión memorable a cargo de la mezzo Helen Charlston y el pianista Sholto Kynoch.

no es frecuente escuchar a una artista tan completa en sus posibilidades vocales y sensibilidad interpretativa

Sesión memorable porque no es frecuente escuchar a una artista tan completa en sus posibilidades vocales y sensibilidad interpretativa. Y lo evidenció con un programa poco habitual que incluyó diversas formas del canto de cámara desde Si dolce è il tormento , de Monteverdi, aria de los tiempos del comienzo de la ópera, pasando por Bach, lieder de Schubert, À Chloris de Reynaldo Hahn, Ravel o Mompou, solo piano, quizá por adaptar el programa. De interés una pieza muy convincente de la contemporánea Anna Semple.

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Y una segunda parte en que cantó los Zwölf Gedichte von Justinus Kerner Op. 35 del gran año liederístico de Schumann, como culminación de un programa articulado sobre las ideas de amor, natura y libertad. Y los tres aspectos magníficamente representados por Charlston, siempre con un piano muy sensible, en un bello alegato, emisión sutil, dando prioridad a la palabra musicada –con fantástica dicción–, asumiendo el carácter de cada pieza y con amplitud de recursos expresivos.

Cantar en este caso de Helen Charlston fue encantar. Su recital con el buen pianista Kynoch culminó una larga sesión que comenzó con la propuesta de los jóvenes y prometedores, el tenor Hugo Brady y Mark Rogers al piano, muy cómodos y eficaces en Britten. Yen lo local, la soprano María Bañeras y la pianista Alicia Daufí, con posibilidades pero sobre lo que podríamos señalar matices.

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